Activan proceso plural de redefinición del Diseño Curricular de Educación Especial
El viernes 12 agosto, de 10:00 a 16:00, se desarrolló en el Salón “Juan Domingo Perón” de UPCN una jornada de trabajo conjunto entre los diferentes actores protagonistas de la formación en educación especial –rectores, docentes, secretarios académicos- y el Área de Desarrollo Curricular de la DES.
Estuvieron presentes la directora de Educación Superior Mg. Mirta Espinosa; el director de Educación Especial, Prof. Sergio Dines; la vocal del CGE, Mag. Silvia Marcela Mangeón, y la coordinadora pedagógica Prof. Dariela Brignardello de la Dirección de Educación de Gestión Privada.
La directora de la DES Mirta Espinosa dio la bienvenida y agradeció la participación de todos y todas y especialmente la presencia de la Prof. Marisa Mazza y de la Profesora María Elena Festa, y expresó el deseo de que sea una jornada fructífera de trabajo sobre el diseño curricular de especial, subrayando que se trata de un proceso de trabajo colectivo y plural que recién está comenzando.
Palabras de la directora de la DES:
“Le damos la bienvenida de parte de las tres direcciones: de Educación Especial, de Superior de Privada, y de Superior. Hay una decisión política materializándose en este confluir de las tres direcciones. Se trata de un trabajo conjunto en la gestión del CGE del Prof. José Luis Panozzo, quien les envía sus cordiales saludos.
Estamos acá para construir una responsabilidad política y pedagógica compartida en función de activar un proceso participativo-común de redefinición curricular para lograr un diseño único y preciso de formación.
Quiero señalar algunos de los propósitos fundamentales de este encuentro: en primer lugar decimos que es necesario compartir cuál es la situación actual de currículum de especial, cómo nos encontramos respecto de los temas de la línea curricular en los Profesorados de Educación Especial. Queremos convocarlos a establecer un diálogo en torno a la posibilidad de redefinición del currículum a partir de una propuesta de trabajo concreta. En segundo lugar nos proponemos pluralizar el espacio de debate en el proceso de redefinición, es decir, aumentar las voces de los diversos actores institucionales en la participación de esta construcción curricular. Para ello es menester comunicar desde la gestión cuáles son los propósitos y los compromisos político-pedagógicos.
Asimismo es importante señalar que vamos a crear una comisión central que se encargue de este nuevo diseño a elaborar, con representantes de los institutos y representación gremial. Hay que asegurar lo que está en curso y actuar pertinentemente en una transición de trabajo colectivo, debate y participación. Incluso creemos necesario convocar y consultar a todas las instituciones públicas y privadas que trabajan con las temáticas, las problemáticas y el campo de la educación especial.
También es necesario convocar a especialistas o referentes teóricos para que nos ayuden a trabajar, a formarnos y actualizarnos sobre el campo. Hoy hemos convocado a la Prof. María Elena Festa, especialista en grado y plurigrado, con larga trayectoria en la educación especial, quien trabajará luego con ustedes.
Sabemos que es un momento complejo porque nos corren los tiempos, pero también un momento de posibilidad de construcción de un nuevo documento que hay que aprovechar. Es decir, un currículum es un documento que hace pública una propuesta de enseñanza. En este sentido decimos que es también una herramienta política-pública que comunica qué estamos proponiendo como procesos de enseñanza y procesos de aprendizaje en materia de educación especial; y una herramienta colectiva de trabajo al interior de nuestros institutos. Herramienta que debe ayudarnos a leer, continuar y fortalecer el momento histórico de ampliación de derechos que hemos venido viviendo, y de los derechos de los sujetos con discapacidad particularmente; y a pensar la responsabilidad y deberes del Estado respecto de ellos como así también de la formación de los formadores que a su vez van a trabajar con la discapacidad.
Queremos acompañar y pedirles fraternalmente que convoquen a los compañeros de los profesorados, a participar, a leer los documentos, a participar, debatir y compartir las miradas sobre este campo tan desafiante. Por nuestra parte queremos acompañar la construcción del nuevo diseño y luego su implementación. Para ello, vamos a tener que posicionarnos ideológica, política y pedagógicamente, y decidir sobre un enfoque particular de la discapacidad. Queremos seguir pensando sobre el modelo social de discapacidad con todo lo que ello implica a la hora de leer y enunciar los problemas del campo. Importa pensar el sujeto de la discapacidad, cómo se aprende y se enseña en la discapacidad, es decir, ir definiendo una posición que también es epistémica, como así también ir pensando las diferentes lógicas institucionales, de gestión, de trabajo pedagógico, de consenso pedagógico, y de compatibilización entre diseño curricular y perfiles pedagógicos y contemplación de los potenciales escenarios de inserción laboral y de relación entre educación especial y trabajo.
Queremos construir una arena común donde seguramente habrá contradicciones, diversas miradas, acuerdos parciales, disensos, pero aun así tenemos el convencimiento político de que de eso se trata. La naturaleza del conflicto es propia de los espacios democráticos.
El desafío está en las aulas de inicial, de primaria, de secundaria, en superior y en la universidad. El desafío es transversal porque la educación especial como modalidad atraviesa todos los niveles educativos.
Por último, sostenemos que hay que trabajar en un desarrollo teórico, conceptual y metodológico preciso en cuestiones como la multidiscapacidad, la psicomotricidad, la comunicación aumentativa, las configuraciones de apoyo y redes, es decir, hay diversas conceptualizaciones y problemáticas que atraviesan el campo de la educación especial y que le dan sentido. Nosotros tenemos que debatir todo esto viendo sentidos y significados para la producción de este nuevo currículum.
Sabemos que un currículum no es sólo lo que está escrito, pero es muy importante que lo que está escrito sea una herramienta de trabajo para todos nosotros, y que la modalidad de construcción sea genuinamente plural y democrática”.
Luego tomó la palabra la Dra. María Elena Festa, invitada especialmente para trabajar en la jornada con los diferentes actores de la modalidad. María Elena expuso cuestiones claves para abonar el debate respecto de la redefinición del diseño curricular y estableció un diálogo con los presentes.
Algunos de sus planteos e interrogantes:
“Pienso que tenemos que hacernos el siguiente interrogante:
¿Qué herramientas debería tener un docente de educación especial para afrontar los desafíos del presente y del futuro? ¿Cómo entendemos lo teórico y disciplinar en relación a lo que después se trasunta en la práctica?
Pienso que no hay posibilidad de pensar a un docente de educación especial si no se piensa primero cuál es sentido de la educación especial. Hay que poner en tensión el sentido de la educación especial como disciplina y mirada en su interdisciplinariedad. Pensarla es pensar claramente a quiénes vamos a tener luego como interlocutor de la misma, en las escuelas, en las instituciones. Me parece que poner la mirada sobre la conceptualización de la educación especial y su sentido, el lugar del modelo social y de la mirada médica por ejemplos, nos va a ayudar mucho a entender qué matices tienen que tener aquel que ejerza la misma.
Creo que en las instituciones hay que volver a preguntar qué es la educación especial, a qué se dedica, si se dedica a la discapacidad o a las acciones educativas en relación a la discapacidad; en qué campo se desarrolla, en el de la escuela especial, el de la escuela común, en ambos, para qué está…
También creo que hay confusión con el excesivo pragmatismo que tiene por momentos la educación especial, donde sólo se ve al docente realizando adecuaciones curriculares. Esto es un problema muy grave de la práctica en relación al rol y a la función del docente de educación especial. Se ha entendido que el docente de especial sólo es una persona que se dedica pragmáticamente a entender un sujeto que tiene que estar en un contexto determinado. Y que para que esté en ese contexto tiene que trabajar garantizando ciertas adaptaciones curriculares. Esto no debería ser el único sentido de la acción del docente de educación especial.
El docente de educación especial tiene que saber interpelar a una realidad social porque trabaja en un contexto particular, y entender a un sujeto que tiene una discapacidad con desarrollo y evolución específicos. Además hay que elaborar una compresión de esas evoluciones en todas las dimensiones, tratando de que la persona desarrolle al máximo sus potencialidades y que pueda trabajar o desarrollarse en la mayor cantidad de ámbitos comunes con los apoyos y ajustes necesarios.
Volver a la convención es importante porque nos da muchas herramientas para comprender todo esto. Pero volver a la función de la educación especial es fundamental. Sin eso probablemente sigamos viendo cuestiones aisladas sin profundizar las cuestiones disciplinares. Por otra parte, hay que comprender la trama histórica de la educación especial y sus tensiones en relación a los posicionamientos. Es complicado porque la educación especial está como desdibujada, por eso es necesario y complejo volver a valorarla dentro del campo, incluso por los propios actores que llegan a desvalorizarla. Por ejemplo, es muy importante trabajar las discapacidades de la propia heterogeneidad y conocer desde ahí que existe la multidiscapacidad o la discapacidad múltiple, pero hoy todavía escuchás a docentes de educación especial que sostienen que los sujetos estudiantes de la modalidad son sujetos de terapia, que tienen que ir a un centro terapéutico. Entonces, qué pasó con nuestro quehacer educativo, que de repente descreemos de lo que tenemos para brindar en términos educativos para terminar proponiendo un abordaje médico-terapéutico. El abordaje tiene que ser múltiple pero no podemos soslayar lo educativo. No podemos reducir el accionar docente y la tarea educativa a un accionar con abordaje médico definiendo un sujeto exclusivamente desde lo terapéutico.
Si bien es importante repensar lo jurídico respecto a la discapacidad y sus conceptualizaciones, respecto de la ley que nace en otros contextos históricos y que hoy probablemente haya que cuestionar, también es importante que podamos pensar en un docente que a su vez piense en un sujeto con posibilidades, con amplio desarrollo. De ahí la pregunta por la propuesta educativa.
Por otra parte tenemos que pensar la educación especial como modalidad, que nos vuelve a interrogar sobre cuáles son los espacios que tenemos que compartir. Por ejemplo, los docentes tendrían que formarse en las didácticas específicas y general, y, en lo disciplinar, compartir ejes comunes con inicial y primaria, para poder tener herramientas de comprensión de los procesos de aprendizajes y entender lo disciplinar en función de realizar los abordajes o acompañamientos necesarios.
Ahora bien, es necesario una gran flexibilidad porque la modalidad trabaja con diversos sectores tanto educativos como no educativos. Debemos prepararnos para formar docentes capaces de articular con todos los ámbitos de la sociedad, escolares, educativos, no educativos, es decir, ámbitos que pueden brindar o facilitar oportunidades educativas a las personas. Asimismo, el intercambio entre el docente de educación especial y de educación común es fundamental como el intercambio entre los campos de conocimiento”.
María Elena también se refirió a los problemas del campo de la didáctica. Sostuvo que muchos docentes de especiales se han formados en otros períodos; lo que hace que la selección de contenidos y la búsqueda de estrategias sea un costo, porque han estado formados por otros modelos que ponen énfasis en las habilidades motoras, en lo laboral, entre otras cuestiones, descuidando otras no menos importantes como los estilos y niveles de aprendizajes de los alumnos, el poder comprender los procesos de aprendizajes, cómo aprende un niño, cómo aprende un adolescente, cuáles son los estilos cognitivos y de aprendizajes, las formas, etcétera.
Siguió desarrollando a propósito:
“El docente de educación especial va a tener que trabajar con muchos profesionales, la educación especial no es una disciplina pura, sino que se nutre de la psicología, de la medicina… El abordaje de la educación especial debe ser interdisciplinario para así poder interpretar a las personas.
En realidad estamos formando un sujeto docente con una enorme capacidad para acomodar su rol, su función, y su formato a distintos ámbitos, con una capacidad interpretativa de los contextos y de adaptación muy amplia.
Otros puntos importantes que tenemos que pensar y trabajar urgentemente son: el trabajo con los padres; me parece que es fundamental como así también, desde una perspectiva netamente educativa, pensar lo lúdico; la interacción entre los padres, el alumno y el maestro, el logro de las primeras habilidades y del lenguaje. Hay que poner la mirada educativa en estas cuestiones y no abordarlas desde una mirada predominantemente terapéutica.
Otro punto es todo lo que hace a la comunicación, y a la comunicación aumentativa y desde las TICS. Sabemos que hay problemas de comunicación en los alumnos, en el lenguaje, en las formas de transmitir. Otro tema es la enseñanza de las habilidades para la vida, todo lo que implica el logro de la autonomía, de la independencia.
Por otro lado, si bien estoy de acuerdo con el modelo de inclusión e integración, y sé que se ha avanzado mucho, tenemos que ser cuidadosos porque creo que oculta ciertas exclusiones que se van produciendo dentro del mismo modelo de inclusión. Siempre he trabajado a favor de la inclusión, pero también advierto que si nos aferramos a los conceptos totalitarios perdemos de vista los detalles y así cometer grandes errores con buenos fundamentos. Los procesos de inclusión pueden solapar, esconder en su interior nuevas exclusiones. Por ejemplo, si tenemos un alumno incluido que pierde capacidad de autonomía, independencia y de desarrollo personal, en verdad se está tapando algo que va a explotar en la vida adulta o de adolescente. Entonces, ¿cuál es el rol de la educación especial dentro de esta mirada?
No se trata sólo de acompañar al docente para que haga adecuaciones curriculares, sino que necesitamos de un docente que pueda ver a la persona-alumno en su totalidad, en todas sus facetas, y de ver cómo interactúa y qué cosas hay que fortalecer para que se desarrolle plenamente respecto de las relaciones edad-conducta y de los grupos sociales de los que participa. Tenemos que formar un docente que sepa de las normativas que rigen en las instituciones
Hoy tenemos que formar para la vida plena e incluir el concepto de educación permanente en los diseños curriculares, procurando ofrecer programas, interpelaciones e instancias pertinentes y adecuadas que continúen formando a los sujetos a lo largo de sus vidas. De eso se trata, de que puedan transitar el secundario y tener un proyecto de vida. De esta manera estaremos ofreciendo posibilidades y cursos de acción inclusivos factibles de ser desarrollados satisfactoriamente”, expresó María Elena.
En seguida de los fructíferos intercambios producidos entre los actores de la educación especial, María Elena y los integrantes del equipo técnico-pedagógico de la DES, éstos expusieron a manera de devolución los aportes de los actores de los profesorados para así abrir un diálogo problematizador en busca de las bases para la reformulación del diseño.
El equipo de la DES abocado a lo curricular: Emiliana Götte, Érika Espelosín, María de los Ángeles Fernández, Matías Solmi, Micaela Isaac Ojeda y Verónica Pereyra. Asesora curricular externa que trabaja con el equipo: María Eugenia Stringhini.
Reunión en IPRODI (Instituto Provincial de la Discapacidad)
El jueves 11 de agosto, la DES se reunió con Cristina Ponce, secretaria de Niñez, Familia y Discapacidad de la Gobernación de Entre Ríos, quien asumió la responsabilidad de esta secretaría tras el fallecimiento de la reconocida Flavia Mena.
En la reunión se conversó sobre la necesidad de modificación del diseño curricular de educación especial y de revisión de las certificaciones de la modalidad, cuestiones que fueron previamente conversadas con el Prof. José Luis Panozzo, presidente del CGE.
Asimismo, el equipo técnico de la DES consultó sobre las cifras en torno a la cantidad de personas con discapacidad que hay en la provincia, y qué tipos de discapacidades hay para así evaluar la inmediatez de la redefinición de los diseños curriculares que se necesitan. Al respecto el Instituto Nacional de Formación Docente establece que se deben realizar 4 diseños curriculares distintos: Profesorado en Educación Especial para Discapacitados Intelectuales, Profesorado en Educación Especial para Sordos e Hipoacúsicos, Profesorado en Educación Especial para Ciegos y Disminuidos Visuales, y Profesorado en Educación Especial con Discapacidad Neuromorota.
Por su parte, el equipo de la DES definió en pos de los tiempos que apremian, que este año saldría el diseño curricular del profesorado en educación especial para discapacitados intelectuales. Mientras que Cristina Ponce se comprometió a realizar un sondeo mediante los CUD (Certificado Único de Discapacidad), para construir información valiosa en relación a la reformulación curricular.
Imágenes de la jornada del viernes: