24 de marzo: ¿Memoria, Verdad y Justicia?
Los relatos del pasado reciente son materia educativa y política. La sociedad toda no puede eludir la problematización de un pasado que nos constituye conflictivamente. A 40 años del comienzo de la última Dictadura Cívico-Militar, desde la DES sostenemos que debemos hablar en clave de interrogación permanente ¿memoria, verdad y justicia? Interrogar desde/en el presente implica reflexionar sobre las temporalidades que lo presionan y la necesidad de sentido de los sujetos que habitan ese mismo presente.
¿Qué relatos estamos construyendo sobre la dictadura cívico-militar? Recordar, ir en busca de las verdades acaso innombrables, vislumbrar que en estos casos o procesos la noción de verdad es consustancial a la de memoria para hacer justicia, es de las exigencias más importantes de la educación.
Podemos afirmar con Theodor W. Adorno allá por los años 60 que si “la exigencia de que Auschwitz no se repita es la primera de todas en la educación”, la exigencia primera en la educación argentina actual es que no se repita la Dictadura Cívico-Militar de los años 70, ni cualquier práctica inhumana y violenta más o menos sistemática e institucional acontecida antes del 24 de marzo de 1976 y después del 10 de diciembre de1983.
Sucede que, luego de transcurrido un año de la dictadura, el 24 de marzo de 1977, el escritor y militante Rodolfo Walsh sostenía en su carta abierta a la Junta Militar: “Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerrilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido”.
Enseñar que, en las escuelas y en toda instancia educativa, machacar la sustancia humana es un acto inhumano, siniestro e inaceptable, es enseñar a construir instituciones y comunidades más democráticas sobre la base de la reflexión político-educativa y jurídica. Aprender a ser individuos históricos, políticos y éticos en nuestra posibilidad de reflexividad y autonomía –auto límite-, es un proceso insoslayable. Sólo así emerge también el sujeto de derecho y la posibilidad de convivencia en sociedad.
Recordemos, la posibilidad de que la autonomía emerja y se desarrolle fue clausurada o violentada a partir del 24 de marzo de 1976 y también antes, así lo expresa Walsh en la misma carta: “derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron”.
Hoy estamos en esa lucha, intentando reconocer las luchas de aquellos sujetos que fueron reducidos en su sustancias a ser cosas. Sus voces son las que pueden enseñarnos a decir el mundo y a escuchar la realidad de entonces con sus injusticias y el mundo de ahora con las suyas en sus múltiples conexiones históricas. ¿Cuáles significaciones y palabras, ideas y prácticas claman aquellas voces? ¿Por qué algunas políticas quieren olvidarlas?
De los genocidios con sus dispositivos de la muerte a los genocidios silenciosos, que presentan los estados de cosas social y económicamente hablando como a-históricos o justificados a partir de fatalidades de la vida, se han venido vaciando de significados las palabras: ¿justicia social, revolución, patria y libertad? ¿Qué decían aquellas voces acalladas e invisibilizadas?
La voz de Walsh es una de las tantas a escuchar. ¿Qué hechos denunciaba, cuáles políticas económicas y represivas denunció? ¿Qué conexiones y continuidades hay en esos hechos denunciados con los que se van perpetrando en la actualidad? ¿Asistimos alegremente a una revolución nacional educativa?
Como fuere, nos parece necesario rescatar la Resolución N°289/16 del CGE a partir de la cual el Programa “Educación, Derechos Humanos y Memoria Colectiva” del mismo organismo impulsa el trabajo educativo durante el período comprendido entre el 1 de Marzo al 2 de Abril como mes de la Memoria.
Se trata de contribuir al conocimiento histórico de los hechos acaecidos en el período comprendido entre el 24 de Marzo de 1976 y el 10 de Diciembre de 1983 y así lograr la efectiva concreción de los postulados de `Memoria, Verdad y Justicia´”. Desde la DES, mancomunadamente elaboramos, con dicho Programa, una propuesta de trabajo para realizar conjuntamente con los Institutos Superiores de Formación Docente de la provincia.
Como ya dijimos, pensar desde y en lo educativo la última dictadura significa en esencia pensar/escuchar qué proponían las voces de los que ya no están o de los que están y fueron afectados directa o indirectamente por las prácticas represivas y la violencia político-institucional. Así versan los ejes 2, 8 y 9, a trabajar con los institutos:
2: “…es de especial interés pedagógico y político construir instancias de debate y reflexión acerca del pasado reciente en Argentina”.
8:”… proponemos la problematización de estas construcciones de las memorias mediante la reflexión y el debate político de aquellos años, así como de las experiencias políticas previas tanto en Argentina como en América Latina, teniendo en cuenta el contexto político previo al Golpe de Estado del 76”.
9: “…la reflexión pedagógica sobre los genocidios y crímenes de lesa humanidad demanda la construcción de dispositivos pedagógicos articulados en toda la provincia”.
La propuesta que hace la DES con el Programa “Educación, Derechos Humanos y Memoria Colectiva” del CGE, consiste en una serie de ejes orientadores y actividades sugeridas para facilitar que los institutos produzcan materiales que luego serán publicados en este sitio y así promover cultura y conocimientos críticos, vivos y en proceso en tanto que dispositivos pedagógicos dinámicos.
Consideramos que el valor educativo que representan estas posibilidades de construcción colectiva de educación y comunicación, se ven favorecidas por las políticas de Derechos Humanos del Estado Nacional “que a partir del año 2003 intentaron colocar en la escena pública el genocidio ocurrido a partir del año 1976 bajo la dictadura cívico-militar. Para esto se llevaron adelante diferentes medidas en la materia: de orden legal; derogación de las Leyes de Impunidad; –Ley de Obediencia Debida, Punto Final y el Indulto-, simbólico; cuando el ex Presidente Néstor Kirchner ordenó bajar de la sala de Presidentes los cuadros de los dictadores, y político-culturales; la puesta en patrimonio de ex Centros Clandestinos de Detención como Centros de la Memoria y la reescritura del Prólogo al Nunca Más”, como sostenemos en el documento de trabajo de la DES.
Entre el material a trabajar en los institutos aparece uno de importancia central: “Entre Ríos de Memoria, Verdad y Justicia a 40 años del Golpe de Estado 1976/2016”. Se puede acceder al mismo a través de la siguiente dirección:
http://www.aprender.entrerios.edu.ar/recursos/ltigtentre-rios-de-memoria-verdad-y-justicialtigt.htm